Un viaje es de ida y vuelta y muere allí donde se inició…
Como aquel primer viaje, donde Gilgamesh (rey de Uruk) y
Enkidu, conocieron el dolor que nos hace humanos y que nos une a los demás. En los viajes (mentales o no) se retorna siempre desde donde se parte, pero no sé regresa incólume de la experiencia.
Como si se tratase de una metáfora de la vida, el viaje
conlleva una metamorfosis, porque no sabemos quienes somos hasta que no
emprendemos un viaje con nosotros mismos.
Dicen , que no se debe partir persiguiendo un objetivo, sino
con el equipaje ligero, sin nada que esperar. Sólo quien nada espera, encuentra
lo que se escapa a quienes dicen saber lo que buscan.
Al final, un viaje, real o soñado, es lo único que nos
queda…